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Lo que mi abuela me enseñó para limpiar los muebles de cocina

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04 / Mayo / 2020

Recuerdo la primera vez que quise cocinar para mi novio. Preparé una pasta y hasta ahí todo iba perfecto. El problema llegó cuando quise hacer de postre un arroz con leche. Al hervir, la leche se derramó convirtiéndose en una plasta pegajosa sobre los muebles de cocina.

Entré en pánico porque me acaba de mudar a esa casa y no quería comenzar a ensuciar, sobre todo porque me esforcé mucho en la decoración de interiores. Como siempre me ha solucionado la vida, llamé a mi abuela.

Ella me dio un tip que me resultó increíble. Sobre la mancha de leche tenía que frotar un trapo con vinagre caliente. ¡Funcionó!, la suciedad salió con facilidad.

Recetario de mi abuela para limpiar muebles de cocina

Aunque cocinar me encanta no es una de mis fortalezas. Lo descubrí después de quemar el pescado que intenté fritar. Lo peor, los muebles de cocina quedaron llenos de grasa.

Otra vez mi abuela salió al rescate recomendándome cepillar las costras de aceite con crema de dientes. Tal cual como lo lees. La suciedad salió prácticamente al instante.

Ella me ha enseñado muchas cosas. Por ejemplo, el jugo de limón es buenísimo para remover la grasa de las superficies de acero. Lo mejor es que además de limpiar deja un rico olor.

Para los electrodomésticos hay que usar bicarbonato de sodio. Simplemente se coloca sobre lo que está sucio y frotas. Desde que hablé con ella dejé de tirar los residuos de café. Es la forma más efectiva y ecológica de desengrasar los muebles de cocina.

Entre otras cosas me dio una recomendación muy buena para eliminar el mal olor en la nevera. Hay que meter una taza con bicarbonato, no se necesita mucho y no es necesario estarlo cambiando.

Lo que no debe faltarte para dejar los muebles de cocina como nuevos

Independientemente de los consejos de mi abuela, hay algunos insumos que son muy útiles para limpiar los muebles de cocina. Siempre es recomendable tener un kit de algún producto desengrasante, aromatizador y algo para devolver el brillo al acero. Aunque suene a obviedad, a mí me costó trabajo acostumbrarme a usar guantes. Pero, si no lo hago, me quedan las manos con grietas.

Una regla de higiene que hay que tener en cuenta es la de estar cambiando las esponjas y escobillas. Mi abuela me recomendó hacerlo mínimo cada 10 días. Lo mismo sucede con los trapos, no son infinitos y se ensucian.

La recomendación más reciente que recibí fue la de forrar con papel aluminio las hornillas de la estufa, así se evita que se engrasen. Ese tip yo no lo he aplicado porque no me gusta como se ve, pero mi mejor amiga me ha dicho que es maravilloso porque en lugar de lavar, solo cambia el papel.

Tú, ¿conoces algún secreto infalible para limpiar los muebles de cocina?